lunes, 28 de marzo de 2011

Soltar y dejar ir

Odio que me entrevisten. De hecho, es muy poco lo que aparece sobre mí en las revistas y periódicos  porque, no solo soy muy celosa con mis asuntos privados, sino que además, conozco el truco.
Con esto me refiero a que, como periodista, sé cómo contestar lo que buscan, sé cómo poner las cosas “bonitas”, sé dar esa frase que sirve de titular o de “sonido” para tv.
Odio las entrevistas también porque al ser tan honesta como soy, mis respuestas pueden prestarse para muchas interpretaciones.
Y esto es lo que ha ocurrido con la entrevista que me realizara Belén Martínez Cabello para Primera Hora del sábado pasado.
Estoy segura de que Belén me llamó con la mejor de las intenciones. Nos conocemos hace años y quiso mucho a mi Mamá. Es una mujer de vasta experiencia en los medios y en la vida, así que no dudé en contestar sus preguntas para su columna de “Mujeres Guerreras”.
El resultado no se hizo esperar. He recibido un montón de mensajes de apoyo, de fortaleza espiritual, de cariño. En su mayoría mensajes de aliento como si yo estuviera viviendo una gran angustia.
Y eso no era. No era.
Sí, soy una mujer fuerte ante la adversidad, como dice el titular. He vivido experiencias difíciles pero no vivo arrastrándolas, quejándome o echándomelas de cómo las he podido rebasar. Pasaron y ya. Me tocaron y seguí hacia adelante.
Que aún no supero la muerte de mi Madre, es cierto. Pero tengo mi conciencia clara de que hice todo lo que estaba a mi alcance para ayudarla, para dejarle saber cuánto la amo y lo orgullosa que me siento de ella. Entiendo que esto no se supera, se aprende a vivir con ello. Y me hará falta hasta mi ultimo día. Sus cenizas están aquí porque realmente no he buscado el momento para llevarlas a su morada final. Sé que ella no está ahí en la cajita, está en mi corazón y en el de todos los que la amaron.
Y, finalmente, lo de mi divorcio. Fue un proceso triste pero igual, me preparé para enfrentar el momento. Di lo mejor de mí y hoy disfruto de una relación en armonía con el padre de mi hija que es, a fin de cuentas, una parte importante de mi vida, de mi historia.
Que “no me cierro a un nuevo amor”? Ni siquiera estoy pensando en eso. Hoy las prioridades están más claras que nunca. Mi hija y yo.
Pajitas que le caen a la leche, piedritas en el camino.
Si Belén, soy una  mujer guerrera. Y soy feliz. Que no se preocupe nadie, que esta “chatita” sigue pa’lante. No me lamento ni me cojo pena.  No vivo atada al pasado, ni el pasado define quien soy hoy. Todas y cada una de las arrugas y marcas en mi piel son recuerdos de una vida plena, de una vida gozada, bailada, sufrida y exprimida hasta lo último. Valoro enormemente cada instante porque vivo y siento el amor. Celebro cada mañana una nueva oportunidad. De eso se trata. De eso.
Desde mi corazón les agradezco sus palabras de amor.
Desde mi corazón les pido que dejen ir el pasado y miren con esperanza el futuro. El camino es más liviano así, no creen?

2 comentarios:

  1. AHORA ERES UNA VERDADERA MUJER GUERRERA. Y SEGURA DE TI CON LOS PIES EN LA TIERRA Y TUS ZAPATOS EN LA GLORIA. TU MADRE ESTARA ORGULLOSA DE TU HIJA DE IGUAL TU DE ELLA. SON MUJERES GUERRERA.

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