Uyyyy!
Qué muchas cosas están pasando!
A mí
sobre todo. Claro, llevo una rachita mona. Por eso no me importó el anuncio de
que el mundo se acababa el pasado 21 de mayo, que por cierto ahora resulta que
lo pospusieron para octubre. Es que creo que cuando llegue a la gran puerta,
San Pedro me dirá: “Dale pasa, tienes puntos demás!”
Lo
que pasa es que no me da la gana de irme ni ahora ni en octubre, aún con todo
lo que me está pasando. Porque mal que bien, cuando hago un análisis de lo que
le está pasando a todo el mundo, veo que no la estoy pasando tan mal.
Esto
comenzó hace ya dos años y estoy en serio. Bien en serio. Mi vida ha ido cambiando a golpes, pero en estos
tiempos estoy haciendo lo que precisamente me he propuesto. Estoy, como les he
dicho anteriormente, dejándome ir. Me estoy permitiendo ser yo tal cual,
expresarme, gritar, vivir. Los golpes que cogí me dan licencia para ello y eso me
hace feliz. Ya era hora, ¿no?.
De
las primeras cosas que acepté hacer fue Cuarentaytantos….Las lecturas. Son los textos
de Uka Green, mi amiga, que sin ninguna pena cuentan lo que a tod@s nos pasa.
Son además esas palabras que tod@s quisiéramos decir o gritar y no nos
atrevemos.
Pues
yo me atreví. Con mucho respeto. Dejé claro desde un principio que no soy
actriz (esa profesión la respeto muchísimo) y que odio los ensayos. Que leería
como si fuera Uka misma.
Y he
gozado como no tienen idea. Los “ensayitos” duraban cinco horas entre lecturas,
risas, llantos, consejos, chismes, comida, refrigerios y consejos.
Acercándose
la fecha, comenzaron los problemillas…a Uka le dieron “taqui-carbias”, a mi me
hospitalizaron, a Marilyn le dio asma, y a la productora se le multiplicó el
instinto maternal de cuidarnos a todas, porque claro, no le quedaba otra!
También,
perdí el carro. Sí, fue pérdida total. Aún sí, no perdí la ilusión de
presentarme ante un público que hacía tiempo no veía. Sentí miedo, pero también
sentí una gran fuerza interior. Temblé como una hoja minutos antes de salir a
escena. Me hice la “machota” ante mis compañeras e intenté calmarlas... ¡yo a
ellas!
Cuando
llegó mi turno de salir a escena patié el piso, como hacía mi mamá. Me paré en
aquel escenario y miré a todos los que llenaban la sala de Punto Fijo. Y me
tiré de pecho, como si fuera una enorme piscina. Estaba segura de que alguien
me iba a recibir con los brazos abiertos. Era mi momento. El momento de
presentarme como soy, como si estuviera esnuíta, sola, sin límites, ni sombras.
Y ese
instante fue único. Me recibieron con los brazos abiertos. Sentí paz y gozo.
Esta
vaina me encanta. Esto de ser yo me ha abierto un mar de posibilidades grande,
muy grande. Lo que por tantos años he trabajado, ha rendido fruto. Me di cuenta
de que en realidad, todos saben cómo soy, aunque ahora me escuchen decir malas
palabras, me vean llorar en público, morisquetear a diestra y siniestra, lo que
sea.
El
mundo no se puede acabar. Tengo mucho por hacer. Hay nuevas fechas pautadas
para Cuarentaytantos…Las lecturas, tengo a mi hija que pronto va a la
universidad y tengo miles de ideas para producir. Además, tengo corriendo una
propuesta para un programa de tv.
Resulta que desde hace unos meses para acá la misma productora de
Cuarentaytantos… Las lecturas, ha estado trabajando un proyecto televisivo para
mí. Por lo que se escucha por ahí, parece que existen grandes posibilidades de
que se nos de. No se imaginan la emoción que siento y el rush de adrenalina que
me corre por el sistema el nada mas pensar que vuelvo a tener ese contacto con
el público que añoro pero esta vez será como yo, tal cual.
Tengo
es un grupete de cómplices a mi alrededor que me empujan y me motivan a cada
instante. Por ellos y con ellos, es que vivo, sueño y soy feliz.
Sé mi
cómplice tú también en este espacio, nuestro espacio. Mi blog, mi bitácora y nuestro
foro. Este un espacio entre ustedes y yo. Donde podemos decirnos todo y hablar
de todo. Les aseguro que a través de éste, nuestro espacio, les mantendré al
tanto de lo que va sucediendo con este proyecto de tv y compartiremos otras
cosas más.
¡Así
que sígueme por aquí! Y háblame, que estamos juntos en esto…
Por eso a mí, ¡que no me busquen todavía!